Desde el inicio de los Juegos Olímpicos en 1896, las ciudades anfitrionas los han considerado una oportunidad para proyectar al mundo una imagen específica de sí mismas, para abordar grandes proyectos de infraestructura, o para desarrollar rápidamente planes urbanísticos.
Más allá de los llamativos estadios de los que se habla con frecuencia, hay una historia compleja de urbanismo olímpico que abarca proyectos de gran magnitud.
Y aunque este año es olímpico con Tokio 2020, tenemos un ejemplo mucho más cercano que supuso un nuevo paradigma urbanístico, social y económico para nuestro país, los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
Barcelona experimentó una transformación arquitectónica que supuso un cambio en la percepción que tenía la población española de la ciudad.
La adjudicación de Barcelona como sede olímpica en el año 1986 fue el empuje que la ciudad necesitaba. Hasta ese momento, estuvieron presentes los cambios en algunas infraestructuras de los barrios. A pesar de que estas modificaciones eran notorias, el gran paso vino de la mano de los Juegos Olímpicos de 1992. El evento por excelencia del deporte a nivel mundial requería aplicar modificaciones urbanísticas a una escala muy amplia en toda la ciudad.
Gracias a la adjudicación de los Juegos Olímpicos del 92 a la ciudad de Barcelona, los proyectos de mejoras de la ciudad pasaron a ser más ambiciosos. Las obras que se realizaron tenían como objetivo la renovación urbana. Para la remodelación de la ciudad, se escogieron tres áreas principales: Montjuïc, Vall d’Hebron y Poblenou. En esos momentos, estas zonas de Barcelona estaban en la periferia de la ciudad y vivían situaciones de marginación causadas por problemas de accesibilidad.
Avances arquitectónicos en Montjuïc
La montaña del Montjuïc fue el espacio primordial de los Juegos Olímpicos de 1992. En este barrio se cimentaron las instalaciones deportivas principales del evento. Destaca la construcción de la Anella Olímpica, diseñada por Carles Buxadé, Joan Margarit, Federico Correa y Alfons Milà.
Otras de las remodelaciones más significativas se realizaron en las zonas verdes. Este espacio se reorganizó para favorecer la unión entre el parque y la ciudad. Para ello, se realizaron obras en los accesos entre la edificación y el espacio exterior. Además, se construyeron escaleras mecánicas para paliar el desnivel provocado por la morfología de la montaña. En este barrio de Barcelona también se cimentaron instalaciones como el Palacio de Sant Jordi y el Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña y se remodeló el Estadio Olímpico, la Piscina Bernat Picornell, la Piscina de Montjuï, y el Palacio de Deportes de Barcelona.
Obras arquitectónicas en Vall d’Hebron
Esta área de la ciudad estaba formada por zonas que se construyeron mediante “urbanismo de yuxtaposición”, lo que provocó que los barrios estuvieran aislados respecto al resto de la ciudad. Con los Juegos Olímpicos, Vall d`Hebron se concibió como un espacio en el que se quería hacer frente a la escasez de equipamientos y espacios libres en Barcelona.
Con el proyecto de Eduard Bru se produjo una reordenación del área combinando espacios naturales e instalaciones deportivas. Las obras nuevas que se realizaron en esta zona fueron el Campo de Tiro con Arco, el Pabellón de la Vall d’Hebron y el espacio de Tenis de la Vall d’Hebron.
Remodelación de Poblenou
Poblenou supuso un impulso para Barcelona al apropiarse de su zona litoral. Antes de la adjudicación de los Juegos Olímpicos, Barcelona apenas contaba con una zona marítima construida. Las playas eran inexistentes y la ciudad no consideraba el mar que tenía a escasos metros.
Los proyectos de regeneración de la costa de Martorell-Bohigas-Mackay-Puigdomènech supusieron la creación de seis kilómetros de playa, la construcción del paseo marítimo y el Puerto Olímpico. Estas construcciones afectaron al día a día de los ciudadanos de Barcelona al ganar un mayor contacto relacionándose con su costa
La construcción de la Villa Olímpica, un barrio creado desde cero, ha integrado el entorno entre la zona marítima y el resto de la ciudad. Esta zona fue el primer barrio costero de Barcelona. Su creación tuvo como objetivo la construcción de una estructura urbana para dotar de vida la zona costera de la ciudad manteniendo la imagen del espacio y respetando la forma urbana.
En esta área se alojaron los deportistas que asistieron a los Juegos Olímpicos de 1992. También se construyeron el Port Vell, el Pabellón de la Mar Bella y se remodeló el Polideportivo Estació del Nord y Frontó Colom.
Otras zonas construidas
El área del Diagonal es otra zona que cabe destacar en la remodelación para los Juegos Olímpicos. En este espacio se alojaban numerosos equipamientos que requerían ser reconstruidos para el evento deportivo. El principal problema de esta área era la ausencia de urbanización. Por ello, se crearon proyectos para reorganizar los espacios públicos y las calles.
La transformación de Barcelona para los Juegos Olímpicos de 1992 produjo una regeneración del entorno. Se garantizó una mayor continuidad urbana dejando una impronta de modernidad y bienestar favoreciendo la vida de la población de la ciudad.
Si aún no conoces algunos de los espacios mencionados que fueron creados para el evento deportivo, te invitamos a que visites la ciudad y te empapes de urbanismo olímpico.