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    Con motivo de festejar el reconocimiento del Paisaje de Luz como Patrimonio Mundial de la UNESCO, el fin de semana del 29, 30 y 31 de octubre se celebró la primera edición madrileña del Festival Internacional de la Luz. LuzMadrid vistió la ciudad de obras diseñadas por grandes artistas plásticos. De esta manera, Madrid se ha sumado a otras grandes ciudades que ya albergaron esta tradición cultural en sus calles: Lyon, Frankfurt, Bruselas, Lisboa, Tallin, Eindhoven, Turín…

     

    En Poveda vamos a mostrar las obras que tiñeron con su luz las fachadas y las calles de Madrid junto a los artistas que las crearon.

     

    Las obras de LuzMadrid en la capital

     

    Las 22 obras que lucieron por las calles de Madrid invitaron a los vecinos y visitantes de la ciudad a vivir una nueva experiencia con el entorno urbano. Las formas innovadoras de expresión artística arrojaron un nuevo enfoque sobre lugares emblemáticos de la ciudad.

    Reflexions 4, de Antoni Arola

     

    Este artista creó formas de animales con luz en movimiento que proyectó sobre la Puerta de Alcalá. Además, un sonido que transmitía paz y calma acompañó a estas figuras.

     

    Reflexions ganó el concurso de la Asociación Profesional de Diseñadores de la Iluminación para LuzMadrid. Antoni Arola también fue galardonado con el Premio Nacional de Diseño en 2003.

    El eje arbóreo, de Javier Riera

     

    En el Parterre del parque de El Retiro, el artista creó una obra para iluminar los árboles del recinto. Sobre la vegetación se podían visualizar formas geométricas de colores: líneas rectas, onduladas, cuadrados, círculos…

     

    Javier Riera diseñó su obra teniendo en cuenta que los árboles tienen formas diferentes, lo que provocaba que cada proyección creara unas figuras distintas.

    Tráfico humano, de Alicia Moneva

     

    Esta obra se proyectó en la fachada trasera del nuevo edificio del Museo del Prado. Se pudieron ver imágenes de grupos de personas que andaban por un mismo lugar y que entraban y salían de forma continua.

     

    Alicia Moneva creó esta obra como una llamada de atención sobre el aforo limitado de personas que podían visitar los museos durante la pandemia. Utilizó la fotografía digital y repitió las imágenes de los personajes para crear un efecto de movimiento.

    Arboré`Lum, de Erik Barray Workshop

     

    En la Fuente de Apolo se pudo disfrutar del juego de luces creados por Erik Barray. Los árboles estaban iluminados y reflejaban esa luz a su alrededor. Además, el artista quiso representar con elementos lumínicos cómo es el alimento de las plantas y como se dispone por el interior de ellas.

    Paradoxa, de Onionlab

     

    Esta obra unificó los efectos lumínicos con los sonoros. En las paredes de la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles aparecieron proyectadas imágenes del pasado, del presente y del futuro.

     

    Los artistas de Onionlab tenían como objetivo que, con esta obra, las personas pensasen en el futuro. Crearon este diseño de manera que se necesitasen unas gafas de 3D para poder ver los efectos y juegos de luz. Además, querían que la música que acompaña a la proyección tuviera una gran importancia.

    Camino a la vida, de Juanjo Llorens

     

    En la fachada del Ayuntamiento de Madrid, el artista quiso recrear un faro de luz. Para Juanjo Llorens, la luz significa esperanza y vida. Quiso transmitir alegría, belleza, y distraer a los ciudadanos que pudieron ver la proyección de todo lo vivido en 2020.

    Estar vivo era moverse, de Javier de Juan

     

    En la fachada del edificio de la Casa América se proyectó esta obra, que mostró a diferentes personajes que bailaban y hacían vida de ocio por la ciudad. Las personas que aparecían eran de diferentes lugares y culturas y representaban cómo se acomodan cuando llegan a un lugar nuevo.

    Planum et lumen, de Maxi Gilbert

     

    En los Jardines del palacio de Buenavista se pudo ver esta obra, dedicada a los nombres científicos de las plantas y árboles. El artista creó el juego de luces y sonidos para que apareciera por encima del público, provocando sensaciones a aquellos que disfrutaron de la proyección.

    Keyframes game stories, de Groupe Laps

     

    Esta obra se proyectó en la fachada del edificio de las Áreas de Gobierno de Hacienda y Personal y de Obras y Equipamientos. El artista quiso plasmar el significado del fotograma clave, creando una sensación de movimiento cuando la luz se apagaba y se encendía en repetidas ocasiones. Además, la música que acompañaba a la sensación del movimiento variaba, dando lugar a diferentes emociones en el público.

    Metamorph – Portal, de OTU Cinema

     

    En la calle Alcalá, esquina con Gran Vía, se pudo ver esta obra proyectada sobre un monolito. El artista quiso representar una puerta hacia otros mundos desconocidos, provocando curiosidad y duda a las personas que veían la obra.

    Antibodies, de Daniel Iregui

     

    Junto al Hotel Four Seasons, se proyectó esta obra interactiva. El artista quería que las personas participasen, de manera que instaló una cámara web que enfocaba a aquellos que caminaban por delante para que pudieran verse sobre el edificio.

    Disparate volador, de Ángel Haro

     

    La fachada de la Academia de Bellas Artes se utilizó como un lienzo en la que apareció la imagen de un pájaro volando. El artista, con esta obra, quiso acercar al público al pintor Francisco de Goya.

    Intrude family, de Amanda Parer (Parer Studio)

     

    En la Puerta del Sol, la artista situó unos conejos iluminados con luz blanca. Con esto, Amanda Parer quiso transmitir lo que significan los conejos en Australia y lo que supone para el medio ambiente soltar animales que no se encuentran en su hábitat natural.

    La vida continúa entre hojas blancas, de Luzinterruptus

     

    En la Plaza Mayor situaron un muro con miles de cuadernos de hojas blancas que se movían con el viento. Los visitantes de este lugar podían escribir sus sentimientos, pensamientos, ideas… Después, estos cuadernos formaron un puzle enorme de palabras y dibujos. La luz iluminó las páginas y se oía de fondo las hojas en movimientos.

    Data, de SpY

     

    La calle del Codo fue testigo de la proyección de esta obra. El artista tenía como objetivo que las personas que la vieran, se cuestionasen. Data expresó que los avances de la informática y de los robots pueden ser buenos para algunos sectores como la ciencia o la medicina, pero que también pueden ser malos al quitar libertad si se utilizan de forma errónea.

    Kinectic perspective, de Juan A. Fuentes Muñoz

     

    El artista quiso que la obra se compusiera por 18 piezas en línea con 2 aros cada una que girasen siguiendo un único ritmo. Cuando los aros se movían, el público podía ver nuevas formas que creaban una sensación de profundidad, destellos y deformaciones. Esta obra se proyectó en la Plaza de Isabel Segunda.

    Embrace!, de Charles Sandison

     

    En la fachada del Palacio Real, el artista proyectó imágenes de caras, palabras, signos y símbolos, recreando un poema visual con todos los elementos. Toda esa mezcla representó las conversaciones y comunicaciones que se producen entre las personas. Las imágenes iban cambiando según los visitantes caminaban por delante de ellas.

    Abstract, de Collectif Coin

     

    Los artistas quisieron representar que el presente, el pasado y el futuro son ilusiones. Por eso, llamaron a su obra Abstract. En la explanada frente al Puente del Rey, se proyectaron triángulos de luz que subían y bajaban sobre 90 columnas. Además, esta obra estaba compuesta por un sonido que marcaba el movimiento de los triángulos.

    Alfombras mágicas, de Miguel Chevalier

     

    En la plaza B del Matadero de Madrid se proyectó sobre el suelo la imagen de cuatro alfombras de luz y color, que representaban la naturaleza. Cuando las personas paseaban, se creaba un efecto óptico que provocaba que la obra fuese cambiando de forma.

    Nuestro mar, Maurici Ginés (Artec3 Studio)

     

    Esta obra se basaba en una instalación vertical de luz que representaba el reflejo del sol sobre el Mar Mediterráneo. El artista de la proyección quería provocar en el público las emociones que puede vivir una persona cuando está cerca del mar. La obra se ubicó en el Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque.

    Rythmus, de Studio Chevalvert

     

    En la Plaza de Mercurio, distrito de Barajas, se proyectó esta obra. En este lugar, se pudo ver un círculo formado por tótems, luz y colores que se iban moviendo y cambiando al ritmo que late el corazón cuando dos personas están cara a cara.

    1.5 grados, de Eyesberg

     

    El título de esta obra hace referencia a la idea que defienden los científicos de que, si la temperatura de la Tierra sube 1,5 grados respecto a las temperaturas actuales, el hielo de los glaciares desaparecerá.

     

    En el Castillo de la Alameda, se proyectaron imágenes de hielo con luces láser y LED, efectos producidos con ordenador y música. El castillo parecía un iceberg que se movía dentro del mar.

    Con LuzMadrid, la ciudad se ha unido a una tradición cultural que comenzó en los años 90, donde la luz es protagonista y transforma las noches en celebraciones de arte y creatividad.

     

    ¿Qué te han parecido estas obras de luz?

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